jueves, 28 de septiembre de 2006

desobediencia

Texto publicado en el diario La Nacion el jueves 28 de septiembre como parte de la sección Hard Core Hotel. La autora recibió remuneración.

Desobediencia

Cosas que hice sin el consentimiento de mis padres antes de los 18 años:
Dar mi primer beso con lengua los 11 años durante una kermesse del colegio de mojas donde estudiaba. Se lo di al hijo del inspector, de la misma edad.
Fumar mi primer cigarrillo (de tabaco) a los 14 años en un baño del mismo colegio.
Falsificar la firma de mi madre para justificar una ausencia a clases en el citado establecimiento.
Hacer, coludida con mi hermana mayor, una copia de las llaves de la despensa donde mamá guardaba la mercadería que vendía en el almacén que nos daba de comer.
Emborracharme estruendosamente, a los 15 años, durante un año nuevo con los restos de cola de mono y pisco sours que quedaron de la cena familiar.
Hacer dedo de Vicuña Mackenna con Departamental hasta el centro de Santiago con mi vecina, que a la fecha era también mi mejor amiga, para comprar ropa americana en la calle Bandera
Hojear con mis compañeras de colegio un ejemplar de Play Boy que extraje de un compartimente secreto de la peluquería para caballeros donde trabajaba papa.
Desabrochar la bragueta de mi primer noviecito, el hermano de mi vecina a los 15.
Mi primer felatio, a los 15, inmediatamente después de desabrochar la bragueta del susodicho.
Ir a una marcha contra la dictadura a los 16.
Ir a la playa con mi noviecito un fin de semana, completamente solos, a continuación de la marcha.
Leer al Marques de Sade, después del paseo a la playa.
Enamorarme de un frentista que conocí durante la segunda marcha a la que fui.
Esconder una noche al frentista en mi pieza con la escusa de que era un compañero de preuniversitario y estábamos estudiando para un ensayo de la prueba de aptitud académica.
Comprar yo sola mi primera caja de condones a los 17
Usar los condones con el frentista.
Sacar el auto cuando papá no estaba para acompañar al frentista a hacer un “trámite”.
Comprar y usar un test de embarazo a los 17 luego de que el frentista desapareció para siempre.
Ir a una marcha por el NO.
Ir a una marcha por el triunfo del NO a los 17, casi al cumplir los 18.
Ir de vacaciones con dos amigas, mochileando hasta San Pedro de Atacama con el firme propósito de olvidar al frentista, el colegio, mi familia, la dictadura y todo lo que se pudiera.
Probar un extraño brebaje hecho con un fruto propio de la zona ese mismo verano.
Postular en primera opción a la carrera de periodismo en la Universidad de Concepción (no quedé)
Postular en segunda opción a la carrera de artes visuales en la Universidad de Chile (quedé pero no me matriculé)
Trabajar en un supermercado de promotora y decirle a mis padres que tomaba un preuniversitario vespertino.
Decidirme a escribir columnas