lunes, 15 de septiembre de 2008

El modelo mental de los pueblos indígenas



"SALARIO, poesiAcción, eli neira + david aniñir, inauguracion pintacanes, centro cultural palacio la moneda, 2 - 09 - 08 santiago de chile. (foto registro gentileza de la perrera arte experimental)

El modelo mental de los pueblos indígenas
(articulo extraido de redindoamerica)


Por Víctor M. Gavilán

El modelo de pensamiento en espiral es el modelo de pensamiento de los
pueblos indígenas, es la alternativa al modelo de pensamiento lineal
diseñado por el racionalismo europeo, y la filosofía positivista, causante
del modelo mental existente en el mundo occidental por los últimos 400 años.
El modelo de pensamiento lineal es altamente determinista, como también
reduccionista toda vez que descompone el total en pequeñas partes,
reduciendo las interacciones entre ellas. Considera el todo compuesto de
partes independientes.
El modelo de pensamiento lineal es hoy contradictorio, ya que los nuevos
conocimientos del mundo contemporáneo nos revelan que nuestro universo esta
constituido básicamente por sistemas no lineales en sus niveles físicos,
biológicos, psicológicos y sociales.
Nuestro universo esta formado por partes conectadas a través de una profunda
interacción y cuya identidad es la armonía y el equilibrio.
El modelo de pensamiento lineal se basa en los principios matemáticos
elaborados originariamente por los filósofos griegos y más tarde por Rene
Descartes, quien llegó a postular que nuestro pensamiento debiera llegar a
la racionalidad de las matemáticas, no entendiendo que las leyes matemáticas
no pueden ser aplicadas a los sistemas y estructuras de naturaleza
construidas por partes relacionadas íntimamente unas con otras.
Las matemáticas son un conocimiento abstracto, pues permite mentalmente
hacer abstracción del todo y reducirlo a sus partes y considerarlas
independientes del resto para estudiarlas prescindiendo de las restantes
particularidades que tiene la naturaleza de las cosas.
El modelo de pensamiento lineal no nos permite conocer a cabalidad los
procesos del comportamiento humano, sus actitudes y sentimientos, como
también su creación cultural.
Por eso entonces la necesidad del pensamiento no lineal, o pensamiento en
espiral, el cual nos permite conocer la naturaleza de las cosas sin
abstracciones, con todas sus partes conectadas unas con otras. El modelo de
pensamiento en espiral debiera ser el modelo de pensamiento aplicado a las
ciencias sociales, y a las relaciones humanas que son mucho más complejas
que las abstracciones matemáticas.
El pensamiento lineal aplicado a la historia y al desarrollo de nuestros
pueblos indígenas no hace más que simplificar su realidad, rompiendo la
coherencia y la lógica de sus 500 años de resistencia cultural.
La metodología del espiral capta las relaciones estructurales y sistémicas,
ingresando de lleno a las metodologías cuantitativas. El modelo en espiral
ayuda a resolver los problemas generados entre la teoría y la práctica y
también los problemas entre la acción y la reflección.
El modelo en espiral permite generar y compartir conocimientos y
experiencias colectivamente, y en cada contexto tanto los individuos como el
colectivo se desarrollan simultáneamente. En un modelo en espiral el
conocimiento y los procesos históricos, pueden comenzar en cualquier punto
de la espiral y nunca tendrán un fin.
El modelo de pensamiento y acción en espiral es incluyente y permite
conectar el presente con el pasado, y en el caso de los pueblos indígenas
permite comprender la factibilidad de construir futuro volviendo al pasado;
vale decir a las raíces de su desarrollo como pueblo.
En otro orden de cosas el modelo de pensamiento y acción en espiral permiten
un mejor entendimiento de problemas propios de la administració n y control
de los recursos, como asimismo de los riesgos. También es posible aplicar el
modelo de planificación en espiral en la alta tecnología.
El modelo de acción en espiral centra su preocupación en la comunicación y
el diálogo, y en los procesos de planificación adopta una metodología
colectiva, como también en la organización de recursos, análisis de riesgos
y posibles alternativas.
El modelo busca la creación colectiva de estrategias de evaluación, y
finalmente, el modelo genera desde el colectivo la construcción de hipótesis
y teorías.
La cultura dominante ha entrado en una profunda crisis de identidad, y
también el modelo de pensamiento lineal iniciado por los filósofos griegos y
más tarde desarrollado por los europeos. Ellos han negado permanentemente la
existencia de una filosofía indígena, relegándola a la categoría de
cosmovisión, folklore, o pensamiento mítico.
El mundo contemporáneo ha descubierto nuevas formas de conceptualizació n y
de representaciones simbólicas, que hacen posible hablar con propiedad de
una filosofía de los pueblos indígenas, que incluye sus prácticas
habituales, sus normas, valores, creencias, estructuras epistemológicas,
tiempo y espacio.
El modelo mental del hombre occidental se ha centrado en la palabra,
mientras que el ser indígena piensa en símbolos, actos concretos y ritos.
Podemos entonces afirmar que la filosofía de los pueblos indígenas tiene su
origen en la experiencia vivencial de todo el pueblo, en sus categorías de
tiempo y espacio, que también tienen connotaciones distintas al pensamiento
europeo.
La experiencia vivencial del hombre indígena más que racionalista, tiene que
ver con sus sentimientos y emociones ligado estrechamente a la madre
naturaleza, la ñuke mapu o la pacha mama.
Hemos dicho que el mundo indígena se concibe en espiral, y en ese sentido
tampoco se concibe la unidireccionalidad de los procesos cósmicos, de la
historia o de los procesos sociales.
En el modelo mental indígena el tiempo es también cíclico, responde a la
espiral, y es comienzo y fin al mismo tiempo. La vida y la muerte también
son realidades complementarias y no antagónicas.
El espacio es una red interconectada de relaciones cósmicas, naturales y
humanas. En el modelo mental indígena el hombre vive en el tiempo y en el
espacio. El hombre no está solo en la tierra. El tiempo es sólo una
relacionalidad cósmica y siempre presente en el espacio. El futuro no es
algo que está por venir ni el pasado algo que se fue. Los mapuche dicen que
el tiempo viene.
De manera entonces que el tiempo en el mundo indígena no es unidireccional
de pasado a futuro, sino que bidireccional. El futuro puede estar atrás y el
pasado adelante o viceversa.
El hombre indígena vive el presente en una realidad de continuo movimiento
cíclico de la naturaleza y de su cultura. El We tripantu de la nación
mapuche, es un renacimiento natural, el término del año es el inicio de una
nueva vida y no la suma de años acumulados.
El Universo indígena es una red viva por la que circula en todo momento la
energía, y la información bajo un orden autorregulado por la propia
naturaleza de las cosas.
En el pensamiento indígena todo esta interconectado, nada está separado del
todo. El mundo indígena se rige por cuatro principios fundamentales:
principio de la dualidad, principio de la oposición complementaria,
principio cosmológico, y el principio de la vida comunitaria.
Principio de la dualidad.
En la sociedad mapuche los fundadores cósmicos establecieron la dualidad de
las cosas. Los contrarios no son antagónicos sino que complementarios. He
aquí los cuatro primeros seres que dieron origen al hombre mapuche.
Ellos eran masculino y femenino. Además eran jóvenes y viejos: Ngen Fucha y
Ngen Kushe, espíritu masculino anciano y espíritu femenino anciana: Ngen
Weche y Ngen Ullcha, espíritu joven masculino y espíritu joven femenino.
El territorio se organizaba en función de esta misma dualidad: Picunche,
gente del norte y Williche, gente del sur, Puelche gente del este y
Lafkenche gente del oeste o del mar. También estaba la connotación espacial
de arriba y abajo: Wenumapu, Minche mapu. Podemos entender entonces que en
la naturaleza todo esta apareado, hombre- mujer: wentru-domo. Para los
pueblos indígenas la dualidad de las cosas constituye la base fundamental de
la unidad en la diversidad natural y humana.
La unidad se produce porque los aparentes contrarios en el modelo mental
indígena, son parte de la complementariedad.
Principio de la oposición complementaria.
La lógica de los opuestos duales en el modelo mental indígena solo puede ser
entendida bajo el principio de la oposición complementaria.
El hombre indígena ve en la naturaleza esa complementariedad de los
opuestos: día y noche, siembra y cosecha, montañas y valles, espacios micro
y macro, individuo y colectivo, vida y muerte.
Principio Cosmológico.
La Ñuke Mapu es el espacio, el tiempo, la cultura y la historia de la nación
mapuche. El principio cosmológico se organiza en la Ñuke Mapu en su
dimensión espacial, temporal, cultural e histórica. El Wenumapu es la parte
espacial de arriba, estrechamente ligada al Minche Mapu, la parte de más
abajo e interna de la tierra.
Todo esta interconectado en el modelo mental indígena, nada esta separado.
El hombre indígena en los comienzos de su existencia miraba el espacio
celeste por las noches, y logró bajar las estrellas, las constelaciones y la
vía Láctea (wenuleufu) para organizar la sociedad indígena a imagen y
semejanza de ese cosmos que le vio nacer.
Principio de la vida comunitaria.
La formación social, económica y cultural de los pueblos indígenas tiene su
base en el desarrollo de la vida comunitaria. El conocimiento ancestral, la
vida espiritual, las prácticas, la cosmología y los valores culturales, son
todos elementos propios del principio de la vida comunitaria.
La Nación Mapuche daba solución a sus problemas y satisfacción a sus
necesidades a través del principio comunitario. He aquí sólo las prácticas
más comunes: El Nguillatun, el kollagtun, el machitun, el palin, el trawun,
y el mingaco. Lo mismo sucedía con las naciones indígenas del centro y norte
del cosmos americano.
En el modelo mental de los pueblos indígenas, el pensamiento privilegia la
experiencia personal y colectiva. Los indígenas viven de las experiencias
reales más que de lo abstracto. Se reflexiona sobre la experiencia, llegando
a ser ésta la base fundamental de todo nuevo conocimiento.
Este artículo es la síntesis de un trabajo mayor que aún estoy preparando.
Se trata de profundizar en el conocimiento ancestral de nuestros pueblos
originarios y descubrir el paradigma alternativo, que permita rescatar la
verdadera identidad indoamericana de nuestros pueblos del cosmos sur
americano.

Cronica muy personal acerca de la 1 lectura perikerika


dibujo, de la serie del taller de sueños

No me compañeree tan rápido compañera
Crónica testimonial y (muy) personal de la primera Lectura Periferika

Había luna llena y nubes. Estábamos en un teatro al aire libre que tenía algo de nave espacial. Una isla, cruzada como por diez supercarreteras de alta velocidad. Una intemperie enclavada en medio de la nada, una cosa muy rara, que dejaba de inmediato en evidencia la mezquindad para con los vecinos de Conchali (por cuyas cabezas pasan las supercarreteras) de quienes lo construyeron, las empresas concesionarias.
Me cuentan que el anfiteatro al borde del abismo urbano, fue la reparación que las súper empresas dieron a los pobladores por arrasar con la mitad del paisaje.
Habíamos llegado en micro, con los señores (y señora) poetas Pepe Cuevas, Elvira Hernández, Carlos Henrickson, que estaba pálido como siempre, Oscar Saavedra, su polola y una amiga de la polola. Las chicas llevaban la cámara y la tarea de registrarnos.
Nos habíamos juntado en Bandera con Alameda, previamente para ir de a varios (mejor sumar que restar pues compañero) a la lectura en Conchalí.
Nadie había impreso el mapa que Saavedra aplicadamente diseño y envió por mail a todos sus contactos junto a la invitación y nadie tenia una remota idea de adonde íbamos. Total que el viaje en la 203, digno engendro del transantiago, fue toda una odisea de preguntas a los señores pasajeros y al señor conductor acerca de donde quedaba Independencia con la circunvalación Americo Vespucio, lo que así dicho parece que es a la concha de la lora, pero no crea usted, no es tan lejos. En medio de todo Pepe Cuevas nos metía miedo y se cagaba de la risa. Nos decía que por la radio había escuchado que habían barricadas en Conchalí, lo que tomando en cuenta la fecha, tan cerca de nuestro 11 sangriento, era más que probable. No obstante nada de eso sucedió.
Fue fácil llegar finalmente y todo estaba en calma. Al bajar vimos un rallado en la carretera de esos de la Brigada Chacón, que anunciaba la lectura de poesía. A todos nos sorprendió el gesto. En Conchalí se habla con letras grandes.
En el afinteatro nos esperaba la Saldaño y Baeza. Alguien habló de ir a comprar marihuana. Mmmm, no es mala idea. Un par desaparece por un rato, supongo que van a eso. Llegan Jordi Lloret y Darinka Guevara, también aparece el Fede Eissner que arribó al lugar solito, piolita, en micro, sin hueviar a nadie, rico, como siempre, atrasito llegó la Gómez, chascón, muy Gómez, como siempre.
En fin, como a las 8 comenzó a aparecer la tropa de los convertidos conscientes.
Esperando que comiencen las lecturas, hablamos un poco de política latinoamericana, de la mierda en que estamos, alguien menciona lo de Evo Morales, de la semejanza de lo que pasa hoy en Bolivia con lo que pasó aquí mismo durante el gobierno de Allende, lo que hizo la derecha para desestabilizar al (verdadero) gobierno socialista. Me da urticaria.
Entre charla y charla concordamos que la cosa está un tanto turbia por estos lados.
Sin embargo me aborda la certeza de que estamos haciendo lo correcto. Estoy contenta, siento que con este ciclo de lecturas en la periferia estamos haciendo contracultura de verdad, cambiando los ejes, al menos haciendo el movimiento inverso al que nos han condenado. Estamos haciendo un pequeño agujero en el saco de la indolencia, el arribismo y el clasismo.
Cuando vuelvo a estos arrabales me conecto con lo que efectivamente soy, (pese a algunos años de transculturización), una cabra pelusa, con mocos en la cara y costras en las rodillas, peligrosa y media muerta de hambre, así que cuidado conmigo compañero, no me subestime. Y esa certeza me tranquiliza.
Conozco las poblas porque crecí a pata pelada en dos de ellas, en San Miguel y en Peñalolén. Buenos años, duros, pero buenos, de muchos amigos y mucha calle.
En la pobla lo que más ves es dignidad y trabajo. También ves dolor y enfermedad y gente que muere con rapidez, porque como todos sabemos la salud en este país es un privilegio y no un derecho.
También ves tragedias terribles, violencia sobre violencia, porque es muy difícil vivir con todo en contra. De esas tragedias se alimenta hoy la televisión, facturando millones con el reallity mas crudo que guionista alguno pueda imaginar y que más encima es gratis.
Los medios que folclorizan la pobreza en vez de dignificarla me parecen sospechosos porque naturalizan el abuso. Hablar en flaite no es un mérito literario popular sino la herencia ingrata de años de abandono y de una educación carente para las clases trabajadoras, aprovecharse y lucrar con eso me parece perverso.

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Dentro del anfiteatro en una explanada chiquita, hay un carrito que vende completos, té, café y un tambor con fuego que oficia también de parrilla. El lugar cuenta con un buen data que cerca de las 9 de la noche comienza a proyectar el video de un happening que hiciera en los lejanos 80 el mismísimo Enrique Lihn y otros escritores locos que se disfrazaron durante un almuerzo dionisiaco para luego acarrear un ataúd hasta el río Mapocho. “Gente linda de la que ya no fabrican”, pienso mientras veo el inédito registro de esa temprana performance que no figura ni por si acaso en la historia del arte de acción chileno que desconoce el papel de los poetas en la gestación de ese lenguaje.
La cinta fue un hallazgo que hizo Jordi Lloret hace algunos años durante una mudanza. Yo sabía que existía pero no la había visto nunca.
En la “pieza” aparecen Enrique Lihn presidiendo el raro almuerzo-funeral, a su derecha, ese coloso de las letras que fue Francisco Coloane, a su izquierda Matilde Ladrón de Guevara, ex miss Chile, escritora, feminista, luchadora y madre de Sybila Arredondo, mujer del escritor peruano Jose Maria Arguedas que estuvo 15 años presa en un penal de alta seguridad en Lima durante el gobierno de Fujimori. También aparecen en el video un Cristian Warken irreconociblemente hippie, el mismo Jordi Lloret probablemente en plena época del galpón Matucana y otros personajes que no logro reconocer.
Mientras tanto eso ocurre en la pantalla, en las gradas, tengo la oportunidad de conversar con la tremenda poeta que es Elvira Hernández, me entero que estudió en el pedagógico, fue compañera de carrera con el Pepe Cuevas en plenos 70. También me entero que ella estuvo en el mítico departamento de estudios humanísticos de la Universidad de Chile donde se generó un movimiento literario que marcaría la historia de la vanguardia literaria en esta tierra con Ronald Kay, Nicanor Parra, Juan Luis Martínez, Raúl Zurita, Diamela Eltit y Eugenia Brito entre otros baluartes de las letras nacionales.
Como a las 9 y con poco pero comprometido público local, las lecturas en el Cortijano se sucedieron con rapidez aunque éramos bastantes los poetas programados. Me sorprendieron el compañero poeta que vino de la Serena Jorge Alberto Collao así como también los bates locales, la gente de Conchalí, tanto los productores como aquellos que aprovecharon bien el micrófono abierto.
La noche terminó como era de esperarse con cervezas en un bar de mierda como son todos los bares de esta ciudad (también de mierda) y con brindis por allá y por acá, con vasos llenos que iban y venían por el futuro de la poesía, porque al menos por un rato dejamos de lado nuestros egoístas egos, nuestros miedos pequeñoburgueses y pudimos hacer algo bueno juntos.
La Elvira nos acompaña al bar, celebra con nosotros con una bebida, una canada dry. Le pregunto por qué y me responde que ya tomó todo lo que tenia que tomar en esta vida. Yo pienso que yo debería estar haciendo lo mismo que ya tengo el hígado caducado pero esta noche tengo ganas de compañerear con los compañeros poetas y se me viene a la mente lo que me dijera alguien en algún momento “no me compañeree tan rápido compañera” y me da risa, inevitablemente y brindo otra vez porque compañeros mas, compañeros menos, esta noche hubo voluntad colectiva y poesía, cosas ambas rarísimas en estos tiempos indolentes y mezquinos y eso ya es un regalo.