miércoles, 10 de enero de 2007

Paraiso Perdido

Cronicas Apocrifas, el paradigma de lo impublicable,
extenso recorrido por la incomprendida carrera periodistica de la autora mas conocida como estrella del strep tease
(Articulo publicado en la Revista Plebella Argentina)
El Edén Prohibido de Gómez Jattin

Por Elizabeth Neira

“Donde duerme el doble sexo” fue el primer poema que leí en mi vida del colombiano Raúl Gómez Jattin. Lo leí en la desparecida revista Matadero, una coedición chileno argentina costarisence donde se podía hallar siempre gratas y grandes sorpresas. Pero mas que una sorpresa o digamos un goce estético inesperado lo que ese poema genero en mí fue una suerte de revelación alucinada. Algo se abrió en mi mente y en mi espíritu, una suerte de exclusa por donde salió luego un flujo luminoso de ansiada libertad. Literalmente ese poema que comenzaba así no más “La gallina es el animal que lo tiene mas caliente/ Será porque el gallo no le mete nada/ Será porque es muy sexual y tan ambiciosa que le cae un huevo”, me partió la cabeza, me quemó el cerebro y abrió en mi entendimiento una brecha que solo un renovado sentido orgiástico de la vida pudo reparar.
Yo no tenía idea que Raúl Gómez Jattin era quien fue, un renovador, un libertino exquisito y consumado que como todo libertino sufrió persecución y encierro y a quien la muerte alcanzó demasiado pronto y bajo extrañas circunstancias a los 52 años de edad cuando fue arrollado por un vehículo. Hay quienes manejan la teoría de que el poeta se arrojo al auto. Gomez Jattin fue un Passolini latinoamericano, un hijo de oriente (era descendiente de libaneses) que tuvo el infortunio de nacer en Colombia, en el corazón de un territorio exuberante y violento, infectado de inquisición católica.
En el poema “Donde duerme el doble sexo” va relatando con transparencia y osadía las condiciones sexuales de los diferentes animales de una granja. Desde la paloma hasta la burra, pasando por la perra, el pavo, la gata, la cerda, la carnera, la chiva, y la cocinera que al parecer cabe dentro de la misma categoría, son expuestos en detalle en su calidad de amantes para el joven poeta , un niño de quince años sofocado por el calor del Caribe que lo único que sabe es que tiene la imperiosa necesidad de penetrar todo lo existente.
“Todo ese sexo limpio y puro como el amor/ entre el mundo y si mismo. Ese culear con todo lo hermosamente penetrable. Ese metérselo hasta a una mata de plátano / lo hace a uno Gran Culeador del universo todo culeado/ Recordando a Walt Whitman”, dice el poeta, haciendo aparecer lo que para algunos puede ser una de las perversiones mas sucias del universo como un ejercicio preadanico, anterior a la moral, anterior a la cruz, la virgen y sus anatemas.
El sexo en Gomez Jattin es libertad y regalo amoral de dioses arcaicos, dioses que no castran y que se emborrachan con la belleza del universo el cual toman como viene, exuberante, lleno de vida. Un universo donde hombres y animales culean (por usar una expresión del artista) de manera indiferenciada porque están aun en el mismo estatus ontologico, son simplemente criaturas vivas sobre la tierra.
El poema describe con descarnada claridad los efectos de las prácticas zofilicas. “Se me olvidaba la pava/ En la alegría sexual sale a la calle como la perra a putear/ De las aves lo mas bacano es el pavo/ Todos los pavos son maricas/ Lo aprietan”
Luego de eso, luego de abierto ese sendero, pensé que escribir un itinerario por mis deseos mas oscuros, era un juego de niñas. Asi que Abyecta, mi primer libro transitó sin culpas por las confesiones inconfesables porque en materias orgiacas ya todo estaba dicho y dicho con alegría y belleza por él, el peor de todos.